Molino de grano bellamente restaurado en Melegís, con jardín, piscina y vistas impresionantes al Valle de Lecrín.
En el corazón de Melegís, en el Valle de Lecrín y junto al río Torrente, se encuentra este molino de grano, restaurado con esmero y construido originalmente alrededor de 1900. La propiedad transmite paz y tranquilidad, una magia que se percibe al llegar a su espectacular muro de piedra, con un portón de madera de dos hojas y una pequeña puerta adornada con bisagras clásicas y tornillería antigua.
En el exterior, el sonido de una fuente de agua nos conecta con la naturaleza mientras se disfrutan las vistas al lecho del río y a un camino que pasa justo frente a la propiedad. Al ingresar, nos recibe un jardín empedrado que sirve como hall de entrada, adornado con jazmines y flores. Este patio da acceso al edificio y a uno de los dormitorios, y en su parte superior se encuentra el balcón de otra habitación en la planta alta.
En el interior, nos asombra el diseño por la armonía entre colores, materiales y luz natural. La combinación de piedra, madera, tonos suaves y la iluminación de pequeñas lámparas crean un ambiente único. Directamente, enfrente, se encuentra el salón-comedor con techos de madera con vigas entrelazadas y paredes de piedra. Los suelos de terracota se extienden por toda la casa, complementados por grandes ventanas de madera noble y contraventanas sólidas.
A la derecha está la cocina, diseñada con elegancia, con una amplia isla central con cajones y espacio de almacenamiento. Grandes ventanales ofrecen vistas al paisaje campestre, el río y lo que los lugareños conocen como “la mujer durmiente”. Desde la cocina, se accede tanto al salón como a una terraza cubierta que ofrece vistas al jardín, la piscina, zonas ajardinadas, árboles frutales, un limonero y una colección de cactus y suculentas. Al oeste, se pueden admirar espectaculares atardeceres. Desde el jardín, se puede acceder a una terraza contigua, una zona de almacenamiento y a un portón de madera, compartido con la propiedad vecina, que conecta con otra calle del pueblo.
De vuelta al interior, un pasillo conduce a un aseo junto a la escalera y, al frente, a un primer dormitorio con dos camas individuales, suelos de barro, una decoración minimalista en paredes blancas y con acceso al patio exterior. Esta habitación cuenta con un baño completo con bañera y detalles clásicos de cerámica. Un segundo dormitorio se abre al patio delantero y dispone de una cama doble y un baño completo de estilo spa, manteniendo la misma elegancia que el resto de la casa.
En la planta superior, una gran y luminosa sala de estar con amplios ventanales tipo balcón conduce a una terraza con vistas a la piscina y a una azotea que ofrece vistas panorámicas al valle, al río y al pueblo de Melegís. En el ala izquierda, subiendo unos escalones, un pequeño hall con un balcón nos lleva a un área tipo suite con varios sofás, un baño con ducha y bañera, un vestidor y una terraza-balcón que da al patio delantero y ofrece vistas al valle donde se dibuja la silueta de “la mujer durmiente” en las montañas.
Esta propiedad en Melegís, restaurada con esmero por su propietario hace unos 25 años, es mucho más que un hogar. Es ideal como residencia permanente o temporal. Además, ofrece un gran potencial como negocio de alquiler vacacional u hotel boutique, y podría ser ideal para retiros o actividades como talleres de cocina o cerámica. A tan solo 30 minutos de Granada y la Costa Tropical, esta casa es una oportunidad única para poseer una joya histórica en el Valle de Lecrín.