El territorio del Valle de Lecrín limita con la Costa Tropical al sur, y con las Alpujarras al este. El valle está formado por ocho municipios: Albuñuelas, Dúrcal, El Valle (Melegís, Restábal y Saleres), Lecrín (que incluye las localidades de Acequias, Béznar, Chite, Mondújar, Murchas y Talará), Nigüelas, Padul, El Pinar (con Ízbor, Pinos del Valle, Pinos del Valle y Tablate) y Villamena (con Cónchar y Cozvíjar). Alrededor de estos municipios se encuentra la comarca agrícola del Valle de Lecrín.
Estos pequeñísimos y blancos pueblos junto con su comarca parecen un vergel de azahar. Hay pueblos andaluces más tradicionales y auténticos que son menos conocidos, y hay otros pueblos que son más conocidos entre los turistas. La capital tradicional e histórica de Lecrín es Dúrcal, mientras que el pueblo más popular es El Padul. Gran parte del municipio de Dúrcal se encuentra en el Parque Natural de Sierra Nevada y el pueblo está atravesado por el río Dúrcal. A lo largo de este río, a sólo un par de kilómetros del pueblo, se pueden encontrar varias cascadas. Padul está rodeado de un humedal, que es uno de los más importantes del sureste español. De hecho, cuenta con el mayor humedal de la cuenca mediterránea y en la zona viven varias especies protegidas.
El Valle de Lecrín es conocido por su paisaje verde y sus colores primaverales, debidos al deshielo de Sierra Nevada, sus vistas al lago de Béznar y a la cordillera de Sierra Nevada. Hay muchas rutas por la zona para hacer senderismo, pero la zona también está aumentando su popularidad entre los motoristas, los ciclistas y los observadores de aves.
El Valle de Lecrín también ofrece muchas fincas rurales escondidas para desconectar completamente del mundo. Desde hace poco, se está convirtiendo en el destino perfecto para los veraneantes, tanto nacionales como internacionales, que buscan un lugar tranquilo para cargar las pilas, al tiempo que se encuentran a poca distancia del litoral de la Costa Tropical y de la ciudad de Granada.